El párroco de O Cebreiro (Lugo) Elías Valiña está reconocido como el recuperador del Camino de Santiago. En los años 1980 empezó, casi por su cuenta, a señalizar la ruta del Camino Francés. Cuatro décadas después, esas flechas amarillas son reconocidas mundialmente y más de la mitad de los peregrinos llegan a Santiago por esta ruta, la más famosa de las ocho oficiales.

La popularización global del Camino de Santiago ha despertado el interés en las ‘otras’ rutas más allá del Francés, especialmente entre el peregrino que repite. El ejemplo está en el Portugués y su variante por la Costa. En 2022, cuatro de cada cinco peregrinos llegan a Santiago por estas tres vías.

Crecimiento del Camino Portugués

El crecimiento exponencial del Camino Portugués lo ha catapultado al segundo lugar en popularidad. En su espejo se miran las restantes cinco rutas oficiales, los caminos del Norte, el Primitivo, el Inglés, la Vía de la Plata y el de Invierno.

Reconocimiento del Camino de Invierno

El Camino de Invierno ha sido el último en ser reconocido oficialmente, aspiración que tienen otras seis rutas: el Camino del Mar, la Vía Künig, el Camino de San Rosendo, el Miñoto Ribeiro y Camino da Geira o de los Arrieiros, el Camino de Muros-Noia, el Camino a Muxía por Brandomil y, finalmente, el Camino Mariñán.

«Si Elías Valiña hubiese vivido en esta zona, quizás el Camino de Invierno sería hoy lo que es el Francés», señala en conversación con Europa Press Manuel López Eiriz, uno de los miembros de la directiva de la asociación que recuperó esta ruta y que logró en 2016 el reconocimiento oficial como vía de peregrinación a Santiago.

Esta bendición corresponde otorgarla a la Dirección Xeral de Patrimonio en función del cumplimiento de lo establecido en una ley aprobada en 2016. Para apoyar este marco normativo, en 2021 la Xunta firmó un convenio de colaboración con el Consejo Superior de Investigaciones Científicas (CSIC) para elaborar un documento guía para evaluar si una ruta cumple los requisitos para ser considerada Camino de Santiago.

A la espera de que esta colaboración defina los criterios a seguir en el futuro, los promotores de la recuperación de rutas que anhelan ser oficiales reivindican la historicidad de sus caminos y su vínculo apostólico. Con todo, en algunos casos esto es más claro que en otros, ya que ciertas rutas cuentan con documentación que acredita que fueron transitadas para ir a visitar el templo donde se dice que reposan los restos de Santiago el Mayor.

VÍA KÜNIG

Este último es el caso de la Vía Künig, bautizada en honor al monje Hermann Künig von Vach, autor de una guía que relata su peregrinación a Santiago en el siglo XVI. El religioso partió de su convento en Vacha, actual estado alemán de Turingia, para llegar a la península ibérica tras atravesar Suiza y Francia.

Desde Roncesvalles siguió la ruta trazada en el Códice Calixtino y que hoy se conoce como el Camino Francés hasta La Faba, en León. Allí, Künig, imitando lo que había puesto en práctica para evitar los montes de Astorga, decidió rodear el alto de O Cebreiro. Sus pasos se dirigieron a As Nogais, Becerreá, Baralla y O Corgo para, de ahí, terminar en la capital luguesa. De la ciudad de las Murallas, Künig continuó hasta Melide, donde enlazó de nuevo con el Camino Francés hasta Compostela.

Más allá de las inclemencias meteorológicas y orográficas que suponen los altos montañosos, Künig evitó estos accidentes por supervivencia. «El siglo XVI fue un período de inestabilidad social, había bandoleros y bandidos por todos lados y era recomendable transitar por sitios más cercanos a poblaciones», explica el doctor en Arqueología por la Universidade de Santiago Javier Gómez Vila, promotor de la recuperación de la Vía Künig.

«La guía de Künig es una de las grandes olvidadas de la literatura del Camino», asevera en declaraciones a Europa Press este experto en rutas y caminos romanos y medievales, que ensalza el manual de peregrinación del monje alemán como «una guía moderna» que «no sólo habla de fe» sino que da consejos prácticos al peregrino.

Publicada cinco veces en Alemania, el documento que relata la experiencia vivida por el clérigo es una suerte de ‘Lonely planet’ medieval. «No sólo te dice por dónde había que ir, dónde torcer. También te cuenta en qué sitio se come bien, dónde no; o en qué lugares hay buen vino», continúa el profesor Gómez Vila, que pone como ejemplo la mala experiencia de Künig con el tinto berciano, que «quemó el corazón» al monje alemán. «Pero bueno, no dice cuántas botellas se bebió», comenta.

El proceso de recuperación de la Vía Künig echó a andar de forma accidental, cuando este arqueólogo nombró esta ruta durante una conferencia en As Nogais. Entre el público se encontraba el todavía alcalde del municipio, Jesús Núñez, quien se interesó por el tema. Fue el germen de la unión de los municipios que anhelan la oficialidad de esta ruta, una aspiración para la que ya han remitido la solicitud a la oficina de Patrimonio de la Xunta.

Camino de Invierno
Este objetivo fue alcanzado por el Camino de Invierno en 2016. Esta ruta comparte con la Vía Künig que también surgió como escapatoria para evitar la subida a O Cebreiro. Con todo, sus recuperadores reivindican que el de Invierno no es una alternativa del Francés, sino que constituye una ruta jacobea propia que transcurre por la «entrada natural a Galicia: el río Sil».

«Por allí entraron los romanos, entró el ferrocarril o las principales vías de comunicación con Castilla», asevera Manuel López Muñiz, miembro de la directiva de la Asociación del Camiño de Inverno, entidad que recientemente ha perdido a su presidenta y principal valedora de la recuperación de esta ruta, Aida Menéndez.

El Camino de Invierno, que para López Muñiz podría recibir el sobrenombre de «Camino Sacro», se inicia en Ponferrada, atraviesa el Bierzo a los pies de las Médulas para continuar por los cañones del Sil hasta Belesar. Quiroga, Chantada, Monforte, el Alto do Faro y Rodeiro son sus siguientes paradas antes de enlazar con la Vía de la Plata en Lalín y poner rumbo a Santiago cruzando el río Ulla.

Esta ruta, la única que pasa por las cuatro provincias gallegas, ha pasado de no ser ni conocida entre los vecinos de las aldeas y pueblos que atraviesa a ganar peregrinos año a año. «Yo hice el Francés antes del año 1993 y los vecinos de Palas de Rei o de Melide no sabían de qué les hablabas con eso del Camino», asegura López Muñiz, que considera que las personas que hacen el Camino de Invierno son los mejores embajadores de esta ruta. «Si lo haces, quedas encantado. No hay otra», añade.

Variante espiritual
También el boca a boca y, fundamentalmente, la difusión por redes sociales ha lanzado la popularidad de la Variante Espiritual, un desvío del Camino Portugués que pasa por Combarro, surca el Salnés por la Ruta da Pedra e da Auga hasta el monasterio de Armenteira y se dirige a Vilanova de Arousa, donde el peregrino ha de tomar un barco con el que cruzar la ría hasta adentrarse en la desembocadura del río Ulla.

Esta ruta imita la ‘Traslatio’. Según el mito apostólico, el cuerpo decapitado de Santiago el Mayor arribó a la costa gallega en barca de piedra desde Jerusalem hasta el puerto fluvial de Iria Flavia, en las inmediaciones de Padrón.

Fuente: www.caminosantiago.org

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