Llegar a Santiago el Domingo de Resurrección. Esa es la meta de muchos de los peregrinos que se han echado al Camino, o a sus últimas etapas, durante esta Semana Santa. Temperaturas más suaves, menos aglomeraciones, un paisaje en plena eclosión primaveral, un ambiente especialmente espiritual, iglesias con horarios de apertura más amplios y procesiones en toda la ruta son algunas de las ventajas de marchar siguiendo las flechas amarillas durante estos días de vacaciones. «Creemos que se van a superar las cifras del año pasado y alcanzar las 1.000 compostelas diarias», aseguran fuentes de la Oficina del Peregrino. Sus datos pronostican este crecimiento, ya que entre enero y marzo llegaron a Santiago 16.380 peregrinos, lo que supone un 32,6 % más que en el mismo período de 2022, que fue Año Santo, y batió todos los récords de afluencia de la historia del Xacobeo.
«Esta Semana Santa está llegando un poco más de gente que el año pasado. El miércoles, jueves y viernes son los días más fuertes, con más ocupación, porque los peregrinos quieren llegar a Santiago el Domingo de Pascua», asegura María José, una de las encargadas del albergue de la Xunta en Melide con capacidad para 138 personas. «Hay muchos españoles y la mayoría son jóvenes, de entre 20 y 30 años», explica la responsable de este hospedaje público. Según los datos recogidos por la Oficina del Peregrino, la proporción de nacionales (50,4 %) y extranjeros (49,6 %) fue muy similar en el primer trimestre del año. Entre los primeros, los más numerosos fueron los madrileños (22,9 %) y andaluces (21,3 %), seguidos por valencianos, gallegos y castellanoleoneses. Entre los segundos, lideraron el ránking los alemanes (6,9 %) y portugueses (6,3 %), por delante de estadounidenses, italianos y coreanos.
La leridana Dània Perpiñà, de 23 años, peregrina en solitario a Compostela, a donde espera llegar el Jueves Santo. «Hoy ha sido una jornada dura porque he hecho 30 kilómetros. Hago el Camino para desconectar y hacer deporte», reconoce esta estudiante y profesora de Matemáticas desde el albergue de la Xunta en Arzúa. Allí, el martes a mediodía, la ocupación aún era «flojita», según la encargada, que ya había entregado plazas a una veintena de peregrinos procedentes de Madrid, Lleida, Estados Unidos y Barcelona. «Cuando llegue a Santiago, me gustaría aprovechar y ver alguna procesión, aunque no sé si me dará tiempo porque tengo que regresar a mi pueblo ese mismo día en tren», añade Perpiñà, rodeada de jóvenes con los que va coincidiendo en todas las etapas.
«Peregrino sola, pero no he tenido ningún problema»
La mayoría de los que hicieron el Camino entre enero y marzo, un 41,6 %, tienen entre 18 y 45 años, un porcentaje superior a los peregrinos con edades comprendidas entre los 45 y 65 años (30,3 %), a los menores de 18 (21,9 %) y a los mayores de 65 (6 %). La diferencia entre hombres (52,2 %) y mujeres (47,7 %) es insignificante. «Estoy peregrinando sola, pero no he tenido ningún problema por ser mujer y la gente me ayuda mucho», confiesa Perpiñà.
El delegado episcopal de Peregrinaciones y para el Camino de Santiago en Ourense, Óscar Martínez Caamaño, afirma que peregrinar en Semana Santa tiene un valor añadido. «Durante estos días hay más espiritualidad; son unas fechas para hacer el Camino con más silencio, los templos tienen horarios más amplios y las celebraciones religiosas están más presentes», señala este sacerdote. «Considero que siempre que se peregrina religiosamente se tiene una meta, que es adelantarse a ese cielo; y llegar a Santiago es llegar al Pórtico da Gloria», añade. De hecho, tan sólo el 21,3 % de los que peregrinaron entre enero y marzo lo hicieron por motivos no religiosos. Los demás o reconocieron una motivación exclusivamente religiosa (30,7 %) o religiosa y de otra índole (47,9 %).
A pie desde Sarria, el Camino gallego
Casi todos los que cogieron la mochila en el primer trimestre de 2023, un 97,2 %, la cargaron a pie y sólo un 2,7 % lo hicieron en bicicleta. El Camino Francés sigue siendo el rey de las rutas jacobeas, ya que fue el elegido por más de la mitad de los peregrinos entre enero y marzo. Le siguen en afluencia el Camino Portugués (23 %), el Portugués por la costa (8 %), el Inglés (4,8 %) y la Vía de la Plata (2,8 %).
La falta de tiempo ha convertido a Sarria (37,8 %) en el lugar donde más gente inicia el Camino. Además, esta localidad lucense está a 116 kilómetros de Santiago, una distancia asumible en cinco o siete días de vacaciones y que supera el centenar de kilómetros exigidos para conseguir la compostela. Tras Sarria, son Oporto, Tui y Ferrol los puntos de partida favoritos. El mítico Sant Jean Pied de Port, inicio del Camino Francés, y a 773 kilómetros de la Catedral, solo fue elegido por el 3,7 % de los que se lanzaron en el primer trimestre a esta aventura milenaria.
Fuente: La Voz de Galicia