La peregrinación a Santiago de Compostela ha atraído a millones de personas a lo largo de los siglos, consolidándose desde la Edad Media como una de las prácticas espirituales y culturales más importantes del mundo.

Recientemente, la popular revista de viajes TopAdventure publicó un artículo en el que enumeraba las cuatro rutas más hermosas del planeta. Entre ellas, destacaron el Camino de Santiago, al que no dudaron en calificar como la ruta más famosa del mundo.

Según el artículo, el Camino de Santiago es la ruta por excelencia para los senderistas, gracias a la gran variedad de paisajes que se encuentran a lo largo del camino, los pueblos que acogen a los peregrinos y los completos servicios disponibles, que facilitan enormemente el trayecto.

Múltiples rutas e itinerarios

En la actualidad, existe una multitud de rutas que conducen a la venerada Catedral de Santiago y a la tumba del Apóstol. Están las más tradicionales y transitadas, como el popular Camino Francés o el Camino Portugués, elegido por la guía de viajes Lonely Planet entre los mejores destinos sostenibles del mundo para visitar en 2024. Otras rutas son menos conocidas y más solitarias, como el Camino de Invierno.

Cada cierto tiempo, se añaden nuevas variantes a la extensa red de itinerarios jacobeos, reflejando la diversidad de orígenes y motivaciones de los peregrinos modernos. Actualmente hay reconocidos oficialmente diez caminos a Santiago. Algunos de ellos, como el Camino del Norte, cuentan con dos itinerarios alternativos, uno por la costa y otro por el interior.

Además de la vía Künig, otras siete asociaciones están impulsando nuevos trayectos para la peregrinación a Santiago. En la Mariña lucense, el Camino del Mar transita desde Ribadeo a Ortegal y de ahí a Ferrol para enlazar con el Camino Inglés. Desde Braga parten otras tres rutas que aspiran a ser reconocidas: el Camino de los Arrieiros, el de San Rosendo y el Ribeiro Miñoto. El listado lo completan el Camiño de Muros-Noia, el Mariñán (por las mariñas coruñesas) y una variante de la prolongación a Fisterra, el Camino a Muxía por Brandomil.

Además de los itinerarios oficiales, han sido muchos los puntos de partida desde los que se ha realizado el Camino de Santiago. De entre todas estas rutas, destaca una peregrinación que se ha ganado un lugar especial en la historia: la peregrinación más lejana jamás registrada. Este extraordinario viaje que desafió las distancias físicas, y que después sería replicado por distintos aventureros, se inauguró en 2016.

El Camino Blanco

Aprovechando las campañas de investigación científica en la Antártida, un grupo de científicos y militares españoles llevaron a cabo esta singular peregrinación con punto de partida a 14.075 km de Santiago de Compostela.

Conocida como Camino Blanco, su origen en la Antártida, lo que la convierte en la ruta más remota y desafiante en términos logísticos y físicos.

La idea de aquella primera expedición era simbolizar la unión de los lugares más extremos del planeta, con el tradicional destino de Santiago de Compostela. El inicio de esta «I Peregrinación desde la Antártida a Santiago de Compostela» se estableció en una ceremonia celebrada el 27 de diciembre de 2015 en la Base Antártica Española “Gabriel de Castilla”, ubicada en la isla Decepción.

Señal y sello jacobeos para los “pingüigrinos”

Durante este evento, se izó el banderín de la peregrinación y se descubrió la Señal Jacobea en el tótem de la base, señalando la distancia entre ambos puntos y estableciendo el comienzo de esta nueva ruta jacobea, la más larga existente hasta la fecha.

La ceremonia contó con la presencia de la dotación del buque ‘Hespérides’, el contingente del Ejército de Tierra y personal científico participante en la campaña antártica española. El acto concluyó con la interpretación de música gallega en una gaita y la lectura de fragmentos del Libro I del Codex Calixtinus y estrofas del poema “La Preciosa”, resaltando la dimensión universal del Camino de Santiago y su apertura a personas de todas las razas, colores, ideologías y religiones.

La señal instalada en el tótem de la base permanece hoy como testigo del inicio del Camino Antártico a Santiago de Compostela. El banderín de la peregrinación fue donado al Museo Catedralicio Compostelano por la Federación Española de Asociaciones de Amigos del Camino de Santiago, simbolizando este proyecto único.

Además, la base “Gabriel de Castilla” fue equipada con un sello jacobeo y las correspondientes credenciales para que los peregrinos antárticos, conocidos como “pingüigrinos”, puedan acreditar su punto de partida desde la isla Decepción.

Fuente: www.elcorreogallego.es

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