Ulf Gundersen partió de Noruega el año pasado y llegará a Santiago esta semana.
Ni siquiera un decreto de estado de alarma, que finalmente se prolongó durante más de quince semanas, fue un motivo para que Ulf Gundersen volviese a casa. Natural de Noruega, este peregrino cogió la bicicleta en diciembre del año pasado con el propósito de recorrerse toda Europa a pedal junto a Donald, su perro. Desde entonces no ha vuelto a los países escandinavos. «No he tenido ningún problema relacionado con el coronavirus. En medio de la naturaleza me siento seguro», confiesa el noruego.
El itinerario de Gundersen como peregrino es algo particular. Ha atravesado el continente europeo de punta a punta. Su punto de partida fue Amli, una ciudad situada en la costa del sur de Noruega, y, desde ahí, ha pedaleado diez países hasta llegar a Almería. En España, concretamente, ha conocido todas las comunidades bañadas por la costa hasta Andalucía. Al llegar a Santiago de Compostela habrá recorrido cerca de 4.600 kilómetros.
Se subió al sillín el 30 de diciembre del año pasado y hoy es su 105ª jornada en bicicleta. El estado de alarma lo sorprendió en Almería donde, por suerte, contaba con un amigo que lo acogió durante todas esas semanas en su apartamento.
El 1 de julio cruzó de nuevo la frontera andaluza con Portugal y retomó su itinerario hasta Santiago de Compostela. Ayer había amanecido por primera vez en Galicia. Concretamente, había pasado la noche en el cámping Baiona Playa, en Ladeira. Al mediodía ya se encontraba en Cesantes, en Redondela. Tiene pensado llegar a la plaza de Obradoiro entre hoy y mañana.
Sus paradas suelen coincidir con los cámpings del recorrido donde poder cargar su bicicleta eléctrica.
Vivir solo esta experiencia no pasaba por ser una opción, así que Gundersen decidió llevarse consigo a la compañía que mejor lo llevaría en los momentos de tensión: su perrito Donald. El labrador de color negro se ha recorrido media Europa aposentado en el remolque handmade que confeccionó para él su dueño y que está ornamentado con una bandera de Noruega.
El de Amli admite que Donald camina en algunas de las etapas, «pero prefiere hacer el camino acomodado en su cajón y saludando al resto de perros», dice su dueño riéndose.
Fuente: La Voz de Asturias