Hay muchas leyendas relacionadas con el Camino de Santiago, que os iremos contando el próximos post, pero sin duda la que os queremos contar hoy es la más conocida.
La Leyenda del Peregrino Fantasma de la Plaza de la Quintana, la cual cuenta que al caer el sol, aparece junto a la Torre del Reloj de la Plaza de la Quintana una silueta de un peregrino. Hay dos leyendas que intentan explicar esta aparición:
– La primera leyenda cuenta la historia de amor entre un sacerdote y una monja del Convento de San Pelayo: Para poder verse, todas la noches el sacerdote recorría una estrecho pasadizo situado bajo la Plaza de la Quintana para acudir a ver a sua amada. Debido a la situación complicada de su historia de amor, el sacerdote propuso a la monja quedar a medianoche en la Plaza de la Quintana para fugarse los dos juntos. Al llegar la noche, el sacerdote se puso una túnica de peregrino para pasar desapercibido y fue al encuentro, pero su amada nunca llegó a aparece. Desde entonces se dice que el sacerdote acueda todas las noches a la Plaza de la Quintana a esperar a su amada.
– La segunda leyenda está ambientada en el siglo XV y nos cuenta la historia del crimen y castigo de Leonard du Revenant: Leonard du Revenant, hijo de un afamado y rico noble de París, decide asesinar a su padre con la expectativa de hacerse con su cuantiosa herencia. Juzgado por el Duque de Borgoña, éste decide otorgarle el castigo y penitencia de completar el Camino de Santiago para demostrar su profundo arrepentimiento y respeto por el apóstol.
Leonard comienza su peregrinación motivado por hacerse con la fortuna de su padre al terminarlo, pero después de cruzar los Pirineos, Leonard se enamora de una posadera. Al descubrir que esta estaba comprometida, durante la noche, Leonard asesina a la pareja de la joven. Después decide raptar, abusar y por último quitarle la vida a la joven de la que se había enamorado.
La noticia del asesinato corre como la pólvora y decide hacerse pasar por monje franciscano para ocultarse durante el resto del camino. Al llegar, decide dormir pegado al muro de la catedral, esperando al amanecer para conseguir el perdón de sus pecados de mano de los sacerdotes, pero se le aparece su padre. Después de perdonarlo por su asesinato, le asesta un fatal golpe, condenándolo a esperar a las almas de los dos jóvenes asesinados y que éstas le muestren su perdón y poder abrazar al Santo Apóstol.
Desde entonces Leonard acude noche tras noche a la Plaza da Quintana, con el fin de esperar la llegada de los dos jóvenes y así, poder obtener el perdón definitivo.